jueves, 4 de diciembre de 2008

PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA

PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA
Trabajo interno de cátedra: “Educación Física en la Educación”
Echegaray, Javier; Fernández, Ramiro; Martín, Mauricio; Sept, Gustavo
Estudiantes de 4º año

Introducción
Como futuros profesores de educación física creemos necesario para nuestra formación contar con “dos tipos de saberes”, por un lado, uno actualizado que contemple aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales, y por otro, un saber que de marco a este último y que lo sitúe en el contexto histórico en el que se va a desarrollar. En este sentido abordamos el problema histórico de la Educación Física que se ve reflejada en interrogantes tales como: ¿cuál es el origen de la educación física?, ¿cómo llegó a ser lo que es?, ¿qué prácticas corporales y motrices han cambiado a lo largo de la historia, y cuáles perduran en el tiempo?, ¿qué contenidos tuvieron mayor auge según el momento histórico?, ¿cómo las prácticas sociales y la sociedad en su conjunto han influenciado en la determinación de los contenidos pertinentes a la educación física?, ¿con qué mandatos sociales se instauró la EF en el sistema educativo argentino?, ¿bajo qué influencias?, ¿para qué revisar y analizar la historia de la EF y las prácticas corporales durante nuestra formación docente?, ¿con que sentido y finalidad?.

Actividad física y corporal en la antigüedad
La actividad física ha acompañado al ser humano desde sus orígenes donde la lucha por la vida ha comprometido una actividad motriz permanente. El desarrollo de los humanos plantea tres logros motores desde el punto de vista de la actividad física fundamentales para poder comprender el desarrollo y supervivencia de la especie: la adquisición de la posición bípeda, lo cual le permitió adquirir otra visión del mundo y de las cosas, cuya panorámica permitió localizar mejor posibles alimentos, pudiendo anticiparse a la acción de otras especies, ya sea para intentar cazarlas como así también para poder prevenir su ataque; la conquista de la traslación en el espacio, dando lugar al gran logro de la marcha voluntaria que le permitió controlar los desplazamientos en el espacio y en el tiempo; y finalmente, la manipulación de objetos a través de la prensión voluntaria, lo cual permitió realizar múltiples movimientos manipulativos y varias acciones motrices (uso de las armas o de los objetos) en pos de adaptarse al mundo físico y de poder sobrevivir como especie.
Las prácticas corporales y motrices surgen como el conjunto de acciones socialmente validadas e históricamente constituidas a partir de las acciones de supervivencia pero que se han ido separando de aquellas de la actividad laboral. Desde la antigüedad podemos ver cinco clases de actividades: las conductas de juego, los juegos; las danzas; los desafíos y las competencias ligados a ceremonias y rituales; actividades y ejercicios preparatorios para las actividades guerreras, para las cacerías y para la fortaleza física en función de las necesidades políticas o militares; actividades diversas de preparación para la fiesta popular.
Evolutivamente, los pueblos comenzaron a ser más sedentarios, se transformaron en agricultores. La sociedad se dividió en clases y las conquistas territoriales marcaban la lógica del desarrollo social, en consecuencia nuevas formas de juego, competencias y adiestramiento militar fueron adquiriendo importancia en la vida de las culturas.
El entrenamiento y adiestramiento del cuerpo era muy importante para desarrollarse no solo en la guerra sino en distintos ritos que se llevaban a cabo como aquellos relacionados al matrimonio donde se debía realizar alguna actividad motriz para conseguir mujer o en aquellos relacionados a ritos de iniciación o de paso.
En las sociedades con estados, como por ejemplo en Persia, fue donde el entrenamiento del físico alcanzó su máxima expresión, ya que, era una nación de conquistadores cuya principal razón de ser era la invasión militar con el objeto de conquistar nuevos territorios. El estado se encargo de organizar un sistema educativo basado en la fortaleza física y la aptitud militar.
El pueblo griego le agrega a la actividad corporal el factor estético y las primeras preocupaciones por unir la acción del cuerpo con la salud y la búsqueda de la excelencia y la gloria por medio de la victoria tanto en las batallas como en las competencias. En Esparta se mantuvo el modelo de educación militar, allí se entendía la ciudadanía y su ejercicio como un medio para integrarse a las actividades de defensa y preparación para la guerra. En Atenas las preocupaciones estéticas y las relacionadas a la salud unidas a las preparaciones militares dan origen a la gimnástica, conjunto de ejercicios físicos realizados con intención educativa. Los efebos dedicaban el mayor tiempo a las actividades corporales por entender que estas poseían un valor educativo. El gimnasio, formaba parte de un lugar para el ejercicio de la ciudadanía, lugar para los adultos, constituyéndose de esta forma en un foro de la vida política, social e intelectual. En el periodo arcaico se consolidan los grandes juegos (siglo VIII a.C.) como los Olímpicos y las pruebas destinadas a la categoría de jóvenes y de carácter premilitar. En el periodo clásico (siglo V a.C.) los juegos, adquieren el valor de actividad del estado y gran espectáculo, alcanzando gran prestigio y caracterizando a este período como el apogeo de la civilización griega, en donde, las ciudades se disputan su poder a través de los campeones.
Los romanos no agregaron muchas cosas a esto, sino que tomaron elementos de la cultura griega. El estado de Roma monopolizó el aprendizaje de las habilidades para la acción motriz en función de los proyectos políticos y militares, separando el entrenamiento y la preparación física, actividad cada vez más especializada de los militares y gladiadores. Los habitantes fueron cada vez más espectadores que participantes de las prácticas corporales y motrices. Estas últimas fueron tomando carácter de espectáculo como por ejemplo: el circo romano.
Durante la edad media el feudalismo ocupa un lugar social predominante a través de los señores, campesinos (libres y siervos) y sacerdotes cristianos, aunque de a poco se iban organizando artesanos y comerciantes. Las estructuras ligadas a las prácticas corporales desaparecen: estadios, termas, teatros, y circos, espectáculos, festivales. El ascetismo y el intelectualismo prevalecen como valores oficiales ligados al cuerpo y a la tarea educativa. Lo corporal se contrapone a lo intelectual y el discurso que prevalecía en esa época distinguía al disfrute corporal, a la risa, la alegría como algo mal visto para la moral oficial. La sociedad medieval será un período de gran creatividad en la cultura popular ligada a los juegos y pasatiempos de todo tipo en los que puede rastrearse los orígenes de gran cantidad de deportes y juegos populares que hasta el día de hoy se juegan, como juegos de pelotas, rondas, canciones, acrobacias, muñecos, trompos, cometas y otros juguetes. Sin embargo la herencia de los militares y gladiadores siguió su curso por los nobles y caballeros. Estos últimos se entretenían con sus prácticas típicas de hombres de armas, torneos y justas y carrera de caballos, la caza, la esgrima y la equitación.
En la modernidad con las transformaciones económicas, políticas y sociales (la revolución industrial) nace la educación física y el deporte. Del mismo modo, la idea de cuerpo y los conceptos de hombre, persona, sujeto, salud predominantes en la cultura de la modernidad, influyen en el desarrollo e inserción de las prácticas corporales y motrices en la perspectiva educativa y socializadora. Teniendo en cuenta lo antes mencionado, podemos aludir a lo que plantea Ángela Aisenstein en su escrito “Fragmentos del discurso pedagógico” en donde intenta abordar la genealogía de la asignatura escolar conocida como Educación Física (s. XIX y XX), identificando tres momentos: indiferenciación de saberes y practicas escolares, identificación de un conjunto de saberes y practicas que toman al cuerpo como tema, conformación de la asignatura.
La primera etapa ( principios del siglo XIX) se caracterizó por una dispersión de las prácticas corporales en todo el ámbito y tiempo escolar. En la escuela, todas las tareas de enseñar y aprender parten de cierta localización de los cuerpos. Se enseña a partir de la fijación de los cuerpos. Sin embargo el cuerpo no esta enunciado como tema de estudio por ninguna rama del saber o disciplina escolar.
La segunda etapa (fines del s. XIX) coincide con la creación, desarrollo y masificación del Sistema Educativo Nacional Argentino Ley de Educación Común (Nº 1420) y la Ley Lainez (1905). A partir del curriculum, comienza a definirse una nueva táctica para ordenar los cuerpos, ya que, los saberes se diversifican y concentran, especificándose espacios y tiempos a través de la definición de ramas o campos disciplinares dentro de la institución escolar. Se considera concentración al proceso por el cual las disciplinas (Historia natural; Ciencias naturales; Higiene; Gimnasia; Ejercicios Físicos, entre otras) toman la regulación del cuerpo, antes dispersa y omnipresente en la escuela, reuniéndola en su interior como tema de estudio por parte de los alumnos. En los planes y programas para escuelas primarias diversas materias incluyen al cuerpo como tema o contenido, aunque obviamente la referencia y tratamiento del cuerpo como contenido en cada una de estas disciplinas no eran idénticos, no es lo mismo aludir al cuerpo desde las descripciones de la historia Natural que desde las prescripciones de la Gimnástica o los ejercicios Militares; aún cuando ambas asignaturas se orientaron a un mismo fin: la educación y ordenación de los cuerpos.
Por ultimo, la conformación de la asignatura gira alrededor de los siguientes componentes: el campo cultural de las actividades físicas y deportivas, en el cual diversos actores, de variada procedencia, compiten por definir las prácticas corporales legítimas para la sociedad en general y los niños en particular. Este espacio ocupado por militares que ven en los ejercicios la posibilidad de fortalecer el cuerpo buscando formar buenos soldados, y por deportistas, gimnastas y esgrimistas mayoritariamente pertenecientes a las elites locales y extranjeras radicadas en el país, bajo la idea de “mens sana in corpore sano”; el campo de las ciencias biológicas, sociales y de la salud, médicos higienistas, son los mas claros representantes de este campo, también contiene a científicos, nuevos profesionales y filósofos que analizan los problemas sociales y prescriben normas de acción a partir de una visión evolucionista y positivista de la sociedad; y el campo pedagógico, formado maestros, constructores y portadores respectivamente del discurso pedagógico que en tanto instancia de delimitación, ordena los discursos que desde otros ámbitos pretenden entrar a la escuela.
Entonces, la Educación física queda definida y delimitada como asignatura escolar cuando se conforma el código disciplinar, es decir, a una tradición social configurada históricamente y compuesta de un conjunto de ideas, valores, suposiciones y rutinas, que legitiman la función educativa atribuida a la disciplina. El código disciplinar integra discursos, contenidos y prácticas; encierra normas y convenciones socio-culturales que designan la legitimidad/ilegitimidad del saber escolar.
Educación Física y Código disciplinar: contenidos y propósitos
La concreción de un espacio curricular explícitamente definido para la educación corporal puede justificarse entonces en el marco de las concepciones pedagógicas de la época que entienden que la educación de la voluntad y el carácter puede ser conseguidos de forma mas eficiente a partir de una acción sobre el cuerpo mas que por el intelecto y que en consecuencia, los ejercicios físicos son la mejor vía para la construcción de generaciones saludables y fuertes físicamente. Al respecto, Patricio Calvo Etcheverry manifiesta que en Argentina el modelo de la Educación Física sarmientina fue en su concepción: militarista, disciplinador, nivelador e higienista. La presencia del modelo militar no es una originalidad Argentina, sino el discurso imperante también en Europa y en Estados Unidos. El signo higienista tiene una función preventiva –es una época de grandes epidemias- y otra ideológica: el control de sus cuerpos. En estas épocas la gimnástica (nombre con el que se identificaba a la Educación Física escolar por aquel entonces), surge con el objeto de civilizar a la población, a los inmigrantes, gauchos, indígenas, etc. preparando a los sujetos para confrontar con los indios presentes en nuestro territorio y también, para sostener contiendas bélicas con países limítrofes, buscando generar un sentimiento de nación, socializando a los niños bajo las mismas “verdades” y principios, intentando unificar y homogeneizar a la población en general.
Sarmiento piensa y lo expresa con absoluta claridad, en una Educación Física escolar como un programa de la educación consustanciado con el modelo de país que imagina “(…) los ejercicios colectivos, en cadencia, a una voz de mando, para obtener un fin conocido, constituye la sociedad y nos da esa fuerza formidable que constituye los imperios”, pero además describe con precisión su idea de interrelación entre escuela y educación física (sin abandonar su ideal disciplinario): “requiere tiempo aprender a ser Nación armada y se le puede tomar a la niñez años economizados a la edad adulta, ganando las dos. La escuela requiere orden y el niño movimiento. Pueden hacer un convenio entre maestro y discípulo. Moverse en orden”. Esta será la idea central en la concepción pedagógica del ámbito educativo que se constituiría en el productor de sujetos formados en la educación integral (física, intelectual y moral) y sobre los que se comenzará a aplicar lo que Foucault denominará una micro política sobre los cuerpos.
En EF, los planes para la escuela primaria en las últimas décadas del s. XIX muestran variedad de contenidos. Entre 1880 y 1904 se aconsejan para la escuela actividades tales como: ejercicios gimnásticos, juego, ejercicios militares y de marcha, alineación, saltos, circunducciones, carreras, flexiones, gimnasia racional, gimnasia acrobática, football, cricket, bicicleta, natación.
Pero esta diversidad de contenidos parece estandarizarse y estabilizarse paralelamente a la normalización de la formación de maestros y profesores. Por ello, desde los primeros años de 1900 hasta aproximadamente 1940, los saberes seleccionados para la enseñanza son juegos (libres, atléticos o clásicos), ejercicios gimnásticos metodizados, rondas escolares y excursiones y actividades al aire libre.
Con la intención de evitar la posible absorción o pérdida de identidad por impacto del caudal inmigratorio, el doctor Romero Brest diseña un sistema propio que luego se denominaría Sistema Argentino y que básicamente, se compone de los siguientes contenidos: gimnasia metodizada, juegos libres y de sports, marchas, carreras y saltos.
Pero la adopción de estos contenidos para educar y moldear corporalmente a los niños y jóvenes, no es original de Argentina, sino que puede entenderse como fruto de la influencia del movimiento gimnástico europeo en nuestro continente.
El Dr. Romero Brest indica en su libro Pedagogía de la Educación Física: “la selección de los ejercicios deberá hacerse como es racional, con un criterio absolutamente fisiológico e higiénico (…). Hay que considerar a los ejercicios como agentes modificadores de las funciones, como medios y no como fines de la educación física. En consecuencia, son sus condiciones fisiológicas y sus aptitudes de aplicación, las que han de resolver su valor y su razón de ser en un sistema racional”.
En este sentido, el discurso pedagógico homologa, bajo el concepto ejercicio, las diversas expresiones de la actividad física sistemática:
Se llaman así ejercicios suaves, a aquellos que no determinan en el sujeto ni fatiga, ni sofocación, como serían: la marcha lenta y corta, una partida de cróquet o de billar, etc. Ejercicios fatigosos los que, como el nombre nos indica, provocan fatiga muscular, como la marcha sostenida, los ejercicios gimnásticos de pesos, los trabajos agrícolas, etc. Ejercicios sofocantes, los que producen sofocación, como la carrera, los juegos de carrera, los saltos repetidos, los deportes en general.
De esta manera podemos apreciar que los deportes y los juegos están incorporados al programa por el efecto educativo, tanto moral, muscular como fisiológico que conlleva su práctica, pero no en función de la concepción de deporte moderno que se gesta a lo largo del s. XIX y que se maneja actualmente o sea, que la intención estaba centrada en el respeto por la lógica de la ejercitación y estos, eran empleados como medios para estimular o desarrollar las capacidades físicas y para moldear a los sujetos.
En contraste, los espectáculos callejeros son objetados, ya que, las acrobacias y los malabares circenses son mirados con desconfianza por las autoridades, al ser considerados como simples espectáculos, en el cual el cuerpo es visto como entretenimiento y no con el principio de utilidad de los gestos y de economía de la energía que la época privilegia.
Al respecto Romero Brest detalla algunas causas de la exclusión de estos ejercicios:
“Se entiende por ejercicios perniciosos los que causan mas mal que bien, ya sea sobre la salud, la estética o la educación del sujeto.”
La EF metódica, continua y racional a partir de ejercicios metodizados y juegos, conlleva cuatro efectos: higiénico, estético, económico y moral y la sucesión de ejercicios en una clase se organiza a partir de su incidencia orgánico-funcional.
En el programa de EF de 1941, si bien la gimnasia y los juegos colectivos se mantienen como contenidos, aparece como novedad la selección de algunos deportes tales como voleibol, básquet, fútbol, rugby, baseball escolar, cesto, y otros que sufren un cambio en la concepción con respecto a períodos anteriores, ya que, ahora éstos, son enfocados desde una nueva perspectiva, en donde los juegos y los deportes tienen una importancia fundamental, incluyéndose en el programa escolar por la necesidad de efectuar actividades naturales, de interés para los alumnos y tiene su justificación en los valores educativos que encierran, como el sentimiento de la propia fuerza y capacidad; ocasión para satisfacer el deseo natural de emoción y conciencia de la responsabilidad y respeto al prójimo, etc. Para esto debe confeccionarse un programa variado y atrayente que, consultando las posibilidades de su ejecución y las necesidades y deseos propios de la edad, produzca los efectos fisiológicos y educativos buscados, o sea la exaltación de la personalidad del joven en sus aspectos físicos y morales.
En la segunda mitad del s. XX, los modos disciplinarios de las etapas anteriores comienzan a ser reemplazados por formas mas liberadas de educación corporal en las escuelas; ejemplo de esto es la amplía y expansiva adopción de los juegos deportivos de equipo en la enseñanza primaria y secundaria, formando las bases de las prácticas corporales contemporáneas.

A modo de cierre
Para concluir quisiéramos añadir que esta reseña histórica sobre las prácticas corporales y motrices y la educación física en el sistema educativo argentino, nos permiten comprender a la realidad en su complejidad y en su dinámica para que como futuros profesores de Educación Física podamos actuar sobre la realidad educativa buscando permanentemente su mejoramiento. En este sentido, creemos que es conveniente contar con un saber disciplinar actualizado, que integre aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales para situarlos en el contexto en el que se va a desarrollar nuestra tarea docente y para que podamos ejercer este rol utilizando un saber crítico, históricamente situado y con carácter provisorio que permita una permanente revisión y reconstrucción de las prácticas educativas.
Es importante hacer un recorrido histórico de las prácticas corporales y motrices para analizar lo que ha cambiado y lo que aún permanece, tanto en estas como en el resto de las prácticas sociales, para concientizarnos y reconstruir la identidad del objeto de estudio que se da por un proceso social e histórico, registrando sus distancias en el tiempo y sus diferencias con el presente, con el objeto de analizar el pasado en el contexto racional de sentido histórico y conceptual, “recibiendo” ese pasado e interpretándolo para actualizarlo, intentando que luego, en la práctica adquiera perspectiva en relación con el futuro.

Bibliografía:
Ángela Aisenstein “Cuerpo, escuela y pedagogía. Argentina siglos XIX y XX”
Ángela Aisenstein “La historia de la Educación Física, un toque de distinción o un punto de partida para la formación docente”
Patricio Calvo Echeverry “La gimnástica civilizará a los tobas”
Rodolfo Rozengardt “Notas históricas para la identidad de la Educación Física”
Apuntes de la cátedra.










































































En esta época además surgieron los grandes carnavales.

1 comentario:

Valeria Brite dijo...

Hola, te queria consultar acerca del texto de Angela Aisenstein que usted cita en el articulo. En donde está disponible. Me interesaria leerlo. Muy buen articulo! Gracias.