jueves, 4 de diciembre de 2008

Las experiencias atléticas de nuestros niños y niñas

Las experiencias atléticas de nuestros niños y niñas
Segunda parte
Juegos y actividades atléticas… Atletismo
Germán Libois y Rodolfo Rozengardt, ISEF, Ciudad de General Pico

En el número anterior de La Pampa en Movimiento (Nº 6, Otoño 2008, pág. 3), publicamos el artículo “Juegos y actividades de carrera, salto y lanzamiento: las experiencias atléticas de nuestros niños y niñas”.
Allí propusimos un esquema general para considerar el desarrollo de las experiencias de nuestros niños con la carrera, el salto y el lanzamiento en el contexto de juegos adecuados para la Educación Inicial y una primera etapa de la Educación Primaria.
En esta oportunidad, presentamos los criterios para continuar la propuesta avanzado el primer ciclo de EGB-Primaria y el segundo ciclo.

Segunda etapa (7 a 12 años)
Se inicia finalizando el Primer Ciclo y con predominio en todo el Segundo ciclo, caracterizada por una motricidad idiocinética,[1] y de predominio de las tareas elaboradas.[2]
Por las características de los sujetos en esta etapa (proceso de descentración de su pensamiento) estos comienzan a prever sus resultados y las formas de ejecución, por internalización de los esquemas de acción y de su esquema corporal. La atención del niño comienza a estar dirigida hacia su propio cuerpo y las formas de su ejecución motriz.
Las consignas, mas precisas, aún permitiendo respuestas variadas, pueden tener orientaciones más atléticas. Las consignas plantean problemas y nuevos desafíos, proponen una actividad por parte del sujeto movilizada hacia la construcción de variantes y técnicas básicas. Las variaciones de la propuesta se irán hilando entre el docente y el grupo de alumnos, construyendo una rica historia de carreras, saltos y lanzamientos, que permita una participación activa en la cultura de los movimientos básicos con un grado creciente de eficacia.
LAS POSIBILIDADES DE ACCIÓN. Comienza un doble proceso de ampliación y restricción. Se amplían en sus exigencias y la búsqueda de resultados (hacia el mejoramiento de la eficacia) y se restringen en la variedad de posibilidades, orientando mediante de las consignas, a las experiencias atléticas deportivas. Comienza la preocupación por la forma, en una búsqueda de eficiencia motriz.
Se acentúan las acciones combinadas, movilización de estereotipos y ajustes motrices con disociación.[3] Proceso este, sostenido en la maduración del sistema neuromuscular y de la experiencia motriz de los niños, obtenida en el primer período.
EL MEDIO MATERIAL se modifica en función de las experiencias atléticas (pruebas) posibles de ser aprendidas en estas etapas. Se inician las experiencias en espacios que mantienen alguna característica similar al Standard atlético, ofreciendo una doble función: es un equipamiento más especializado e incita a los niños a probarse en este nuevo desafío.
LA ORGANIZACIÓN INTERPERSONAL, que sin hacer abandono de las formas de juego grupales, comienza a centrarse alrededor de la idea de los retos personales asistidos por compañeros, con la finalidad de limitar el espíritu competitivo con los otros y acentuar la importancia del esfuerzo personal para el logro de la autosuperación.
La tarea del docente se orienta a apoyar una búsqueda heurística de la forma eficaz y eficiente. Los contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales comienzan a diferenciarse, requiriendo estrategias específicas.









Esquema 1: las variaciones en este período podrían darse del siguiente modo:

Posibilidades de Acción (ampliación y restricción)




Cambios
y Mejoramiento vvveeee





Modificaciones en equipo y material Retos de esfuerzo personal
















































El gráfico nos muestra las diferentes formas que puede presentarse la actividad para los niños, en los juegos de correr, saltar y lanzar en la segunda etapa. Las posibilidades de acción a partir de las cuales podemos probar... y probarnos, el medio que se ve modificado en esta etapa en el equipamiento y el material que se utiliza a partir del cual influye y enriquece el desarrollo de la tarea que se presenta y el modo que adquiere la organización del grupo/clase para jugar, a partir de ahora caracterizado por retos de esfuerzo personal
El entrecruzamiento de estas dimensiones permite un marco de referencia para ayudarnos a ver cada uno de ellas y como a partir de aquí, se preparan las tareas de enseñanza, privilegiando aquellas que tengan que ver con resaltar el desarrollo de estas habilidades y provocar de este modo un intercambio que favorezca cambios y mejoramientos individuales y grupales..
El docente podrá relacionar los conceptos de cada una de las dimensiones para potenciar las tareas que tengan significados para los niños en la U.D. .



Bibliografía
Devís Devís, José, Peiró Verlert Carmen, “Nuevas perspectivas curriculares en Educación Física”, Barcelona, Inde, 1997
Almond, Len; “Un enfoque de salud para el atletismo en la escuela”; en Devís Devís, José, Peiró Verlert Carmen, Nuevas perspectivas curriculares en Educación Física, Barcelona, Inde, 1997
Gómez, Raúl, “La enseñanza de la Educación Física en el nivel inicial y el primer ciclo de la EGB”; Stadium, Bs As, 2002
Amicale EPS, “El niño y la actividad física”, Madrid, Paidotribo, 1995
Rozengardt, Rodolfo; “Unidad Temática para la EGB: Correr, saltar y lanzar”; Gaceta Gymnos; Madrid, Año 2 Nº 2, 2001
Castañer B., Marta y Camerino F., Oleguer, “La Educación Física en la enseñanza primaria”, INDE, Barcelona, 1996



[1] Castañer y Camerino describen el proceso de “morfogénesis” o la “actividad morfocinética” (de construcción de las diferentes formas de movimiento en el proceso evolutivo infantil, como integrado por dos fases distintas, una “holocinética” y la siguiente “idiocinética”. La primera se caracteriza por una motricidad global, no analizada, estructurada en estrategias exploratorias que responden a desafíos externos, al logro de objetivos ligados a los resultados de las acciones, con predominio de feedback externos. El aprendizaje ocurre principalmente apelando al ensayo-error. Las idiocinesias, en cambio, implican la adquisición de las habilidades ligadas al logro de actividades específicas, implica una mirada del niño sobre la propia acción, aplicando esquemas analíticos del movimiento. A la evaluación de los resultados, se le suma la corrección de las formas de la acción, con un feedback que puede volcarse sobre la ejecución. Estamos frente a un pensamiento anticipatorio que pone en juego nuevas estrategias de aprendizaje motriz a través de una experimentación conciente por parte del niño.
[2] Para el concepto de tareas elaboradas, ver La Pampa en Movimiento Nº 6, pág. 6 o el libro “El niño y la actividad física”
[3] Concepto desarrollado por Le Boulch en diferentes textos

No hay comentarios: